Monica Fonseca - “Yo No Me Subí a Este Barco Para Que El Barco Se Hundiera”

Monica Fonseca - “Yo No Me Subí a Este Barco Para Que El Barco Se Hundiera”

21 de may de 2025

En este episodio de 'Los Hombres Si Lloran', el actor Juan Pablo Raba y su esposa Mónica nos abren la puerta a un diálogo íntimo sobre la salud mental y cómo enfrentar la vulnerabilidad en el contexto de las relaciones y la vida familiar. Con la intervención del productor Dani Posada, estos dos comparten sus experiencias de vida y cómo han navegado juntos momentos de crisis, siempre con el propósito de desestigmatizar y normalizar las conversaciones sobre salud mental.

Capítulos

Inicio y presentación del espacio

Juan Pablo introduce el podcast 'Los Hombres Si Lloran', destacando su enfoque en la salud mental y la vulnerabilidad masculina, acompañado de su amigo y productor Dani Posada. También menciona el papel crucial de María Camila en el equipo.

La idea del podcast y su evolución

Juan Pablo comparte cómo la idea del podcast surgió a partir de una conversación con Mónica, quien le sugirió usar su experiencia con la depresión postparto y la transición hacia la madurez como un tema para abordar en un podcast.

Relaciones familiares y experiencias personales

Se aborda la influencia de las figuras familiares en la vida de Juan Pablo y Mónica, destacando las lecciones de sus abuelos y la crianza recibida por parte de sus padres. También se discuten las dinámicas de su familia actual y cómo se abordan los roles de género.

Acompañamiento en momentos de crisis

Mónica y Juan Pablo relatan situaciones personales recientes de salud física y emocional, reflejando en cómo estas experiencias refuerzan su relación y el apoyo mutuo a lo largo del tiempo.

Reflexiones sobre cambios y crecimiento personal

Juan Pablo discute los cambios significativos que ha experimentado a lo largo de los años y cómo el apoyo de Mónica ha sido fundamental en su crecimiento personal y emocional. Se enfatiza la importancia de la comunicación y el entendimiento mutuo.

Conclusión

El episodio concluye con una reflexión sobre la importancia de mantener conversaciones abiertas sobre salud mental y vulnerabilidad en los hombres. Juan Pablo agradece a Mónica por su apoyo constante y el espacio seguro que han construido juntos, reafirmando su compromiso de seguir explorando estos temas en futuros episodios.

Menciones

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               En caso de que no lo hayan escuchado, es oficialmente en el verano de Abercrombie. El negocio de vacaciones de la ANF tiene todo en su bolsa de mood board. Necesito su nuevo piece de una, la Marina de la ANF. Es sin estrope, tan flatera y, juntado con los shorts de denim, será mi outfit de la playa de la playa este verano. Finalmente, tu bolsillo no es completo sin encontrar esa ropa. Sabes, la ropa para la foto. Las ropas de abercrombie de Boho tienen ese look romántico de playa. Hacela en el verano de Abercrombie. ese look perfecto, romántico y beachy. Hacenlo en Apercrombie Summer. Filmen sus nuevos arrivos en la tienda, en línea y en la aplicación. Empece la semana con los salarios de Memorial Day en Lowe's. Ahora, obtenga 5 bolsas de 1,5 cúbicos de NatureScape por solo $10. Además, obtenga un 40% de salario en las aplicaciones mayores y salida un extra $50 en cada $500 que gastas en las aplicaciones mayores seleccionadas $396 o más. Lowe's, nos ayudan, te salvan. Valid through 528, Mold Shopper excludes Alaska and Hawaii. Selección varía por ubicación, mientras que las suplientes son las últimas. Ve a Lowe's.com para más detalles. Hola, soy Juan Pablo Raba y junto a mi amigo y productor Dani Posada te damos la bienvenida a Los Hombres Si Lloran. Este es un espacio seguro dedicado a explorar un tema crucial y a menudo pasado por alto, la salud mental, mientras rompemos con los estigmas y estereotipos que la rodean. Y en esta temporada también hablaremos de dinero, porque sabemos que nuestro bienestar financiero impacta profundamente en nuestras vidas, en cómo nos sentimos, en las decisiones que tomamos y en poder alcanzar la libertad para vivir la vida que queremos y no la que nos toque. Amigos extraordinarios y expertos llegarán para compartirnos sus historias y herramientas que nos ayudarán a profundizar en las complejidades de la salud mental y en todo lo que la atraviesa. Este, nuestro espacio. Tu espacio es seguro. Y se llama Los Hombres Si Lloran, donde la vulnerabilidad se convierte en nuestra mayor fortaleza. Oh, my God. No, no sé, golpes se aburren. Siempre tengo esa... No sé. Ese pensamiento. Pues desde que planteamos la posibilidad, realmente, desde que... ¿Ya están grabando? María Camila, claro. Desde que María Camila... O sea, aquí todo es... Todo es así, todo es así. ¿Quién es María Camila? Explícale a la gente. ¿La gente cómouién es María Camila? Explícale a la gente. ¿Cómo vas a ver María Camila? María Camila es una parte muy importante de nuestro team en Los Hombres Sillola. María Camila. Dani, ¿cuál diríamos que es? Marketing Director. Los Hombres Sillola. Pero que además ha sido arte y parte muy importante de nosotros, de nuestro ADN. Total. Desde el principio, como lo sabes, porque tú también eres arte y parte y eres dueña y señora de este espacio. Te digo eso, Monkey. En primer lugar, gracias por aceptar nuestra invitación. Muchas gracias. A los hombres y a la mujer que tú, pues, eres también co-creadora. Un espacio que ayudaste a fundar. Un espacio que seguramente no existiría sin ti por dos momentos o razones fundamentales. La primera de ellas es que tú fuiste la primera persona realmente en decirme. En poner la idea. Pero el espacio existe gracias a Daniel. Porque nosotros somos ideadores, pero no somos... Somos muy buenos productores, pero hacer las cosas es difícil. Claro, Dani nos ayudó a aterrizar la idea y a realmente concretar. Pero tú eres la primera persona que piensa cuando yo empiezo en todo mi camino, mi transitar de esa depresión postparto, slash crisis. Tu transición de joven adulto a mayor adulto. Adulto mayor. El camino hacia el adulto mayor. Tú eres la primera persona que me dice, Juanpa, deberías hablar de eso. Deberías hablar de eso y la forma de hacerlo hoy en día es a través de un podcast. Por supuesto, yo te dije que no, como te digo que no. ¿Cómo me dijiste? ¿Por qué no le cuentas a la gente cómo me dijiste? Que no, yo te dije que no, que yo era artista. Que yo era un artista. Pensabas que no lo iba a decir, no, yo lo digo. Yo dije, pero Monqui, yo soy un artista. Yo, un podcast. ¿Ocurre? Podcast, todo el mundo hace un podcast. ¿Yo qué voy a hacer eso? Yo no soy periodista, periodista eres tú. Y esto no tiene sentido. Y yo, hagamos una serie, hagamos una película, te decía, ¿no? Sí. La cortesía hoy de la fotografía, el esfumato que tenemos, es cortesía de Dani, que estaba un poquito frío, decidimos prender una chimenea. Ahora es mi culpa, necesitamos como un abanico, Dani, por favor. Así que si lo sienten, así como que hay un esfumato, no vayan a creer que es una... El humo ochentero de fiesta. Que es una decisión de Jan, nuestro director de fotografía, y nadie está fumando porque somos una producción anti-tabaco. Pero no, ya está mejorando. ¿Ya está mejorando, Dani? Bueno. Así es, cada episodio es así. La gente no ve otras cámaras. Siempre pasa algo. A veces me caen cosas en la cabeza. También he visto. Hay franceses que te tiran cosas en la cabeza. También he visto. Hay franceses que te tiran cosas en la cabeza. Fuerte eso. Bueno, la idea llegó cuando, pero un momento porque a mí la gente sí me pregunta mucho eso. ¿En qué momento llega? Y yo no me acuerdo si es Mandeville 2550 o Mandeville 2533. Llega en la segunda, en la segunda Mandeville. Llega Mandeville en una calle en la que vivíamos en Los Ángeles, vivimos en dos casas de la misma calle, en la segunda casa, cuando yo ya empiezo mi terapia con María Antonieta, cuando identificamos claramente como esa crisis de la mediana edad, cuando empezamos a trabajar. Después de que me mandaste a una terapia con una señora... Yo no te mandé. No te mandé yo. Juan Pablo en pandemia hizo muchas terapias, debo contarles, entre esas terapias una gran amiga y no vamos a decir el nombre de la terapeuta porque es excelente, es una terapeuta sexual fantástica, excelente. Pero realmente a mí me pareció un poco raro su método, cierto? Sí, pues sí. Yo tuve una sesión con ella, me fue buenísimo. Tú saliste de la sesión diciendo que no hay forma. Pues me puso a gemir en el piso como por horas y a una cantidad de cosas y yo necesitaba trabajar. Bueno, es que para hablar de la depresión de Juan Pablo o para hablar de esta transición de Juan Pablo, tengo que decirles que yo he sido víctima, víctima totalmente de toda esta transición he sido partícipe, víctima ideadora bueno, ya empezamos por ahí, entonces mira, ahí va yo me quedaba los dos momentos pero entonces ya empecemos con el primer momento el primer momento que tú me dices tienes que hacer un podcast de esto y yo te digo no, yo soy artista, yo voy a hacer una película, lo que sea, pero no hay forma. Y tú me dices eso porque yo empiezo a llegar a casa a decirte que cada hombre con el que hablaba me decía que estaba pasando por algo similar o parecido, o que su papá se había muerto con depresión o que su mejor amigo se había suicidado y cuando empezamos a ver las cifras de suicidio masculino, de la falta de terapia en hombres, eres tú la que me dices, hay algo importante que tenemos que comunicar. Tú eres comunicadora, entonces, por ende, lo tuyo es comunicar. Ahí fue la primera vez que sembramos la inquietud. Yo llego después con la idea, después de mi viaje a Bhutan, y digo, ok, sí, es un podcast. Y Dani nos ayudó a organizarlo. Pero tú eres realmente la primera persona que me dice, deberíamos estar hablando de esto o tú deberías estar hablando de esto porque es un tema importante para hablar. Sí, sí, siempre lo pensamos en ti, en masculino, que era muy importante, ¿no? Era como tantos hombres hablándote de esto y por qué no lo están hablando públicamente. Si además te lo hablan a ti, seguramente lo necesitan comunicar, necesitan llevarlo a más lugares, ¿no? Exacto, entonces por ahí empieza. Y después vamos al otro momento, que ya es mucho más cercano en el tiempo. ¿Qué recuerdas de ese momento? Como te digo que pensé que tal vez todo sería más fácil si yo no estaba acá. Recuerdo estar amamantando a Josefina, Joaquín jugando por ahí y yo, ok, un momentico, ¿qué está pasando acá? Me preocupé, pero no me preocupé como, Dios mío, ¿qué va a pasar? Sino como me preocupé genuinamente por ti. Y me pareció que para que una persona estuviera pidiendo o diciendo eso, verbalizándolo, era porque realmente estaba pasando algo consigo mismo, en tu caso. ¿Sabes qué pensé en ese momento? Pensé que era muy importante empezar a hablar del tema. O sea, inmediatamente, fue como lo uno con lo otro, ¿me entiendes? No solamente fue el pensamiento sobre ti, sino es como, ok, si a Juan Pablo le pasa esto y ha traído a la casa todo lo que ha conversado con sus amigos o conocidos, es como, ¿por qué no se está hablando de esto más? Porque si es algo tan importante. Tú estás avanzando en el tiempo. Me voy más atrás. Porque yo lo que recuerdo es que cuando yo te di... Estoy tratando de acordarme mientras que improviso. Perfecto, como sé cómo te conozco, sé que estás yendo para otro lado. A ver si puedes hilar la idea. ¿Qué pensé? No, me acuerdo que lo primero que cuando yo te digo, se me atravesó un pensamiento, que es que tal vez todo sería más fácil si yo no estoy acá. Yo recuerdo que primero te burlaste de mí, te reíste, obvio, porque eso está dinámico, ¿cierto? Mientras más serio sea, hay que reírse más. Pero al principio me dijiste como, no, o sea, no me vas a dejar aquí con todo eso. En galletada con todo eso. O sea, con esta galleta, ¿no? Bebé recién nacida con Joaquín. Pero después me dijiste, yo sabía que algo estaba pasando, lo que pasa es que te estaba dejando de cantarlo. Y como tú siempre, pues yo tengo mis métodos, ¿no? Que era mi bicicleta, mis cosas. Sí. Pero me dijiste, estaba esperando a ver si lo decantaba solo. ¿Todo eso dije? Sí. ¡Wow! Me dijiste, estaba esperando a ver si lo decantaba solo. Todo eso dije. Sí. Wow. Me dijiste estaba esperando a ver si lo podías decantar solo. Estoy tratando de acordarme, pero sí, seguro, seguro. Me dijiste busquemos ayuda. Me dijiste estábamos en la habitación de la casa de los Bukelatis. Ok. La primera mando. Ok, entonces viste, empezó, fue ahí. Empezó ahí. La primera vez. Claro, empezó ahí. Lo que pasa es que la idea del podcast viene después, porque yo empiezo ahí, ahí empiezo mi terapia. Después nos mudamos, o sea, como siempre nosotros nos mudamos. Pero yo lo que sentí también, voy a adherir un pedacito, es que yo sentí que a ti te había dado genuinamente depresión postparto. Blue. Creo que hablábamos mucho de eso. Como Juan Pablo está blue, ¿entiendes? Está como en ese lugar que poco se habla de los hombres y que sí existe. Inclusive en el momento en que tú recibes a Josefina, yo lo vi, la cara es totalmente diferente. A cuando recibes a Joaquín, a cuando recibes a Josefina. ¿Cómo? Cuando tú recibes a Joaquín y siempre lo hemos dicho, es como Simba con su bebé. Es Simba, ¿no? Sí. No me acuerdo, Rey León. Mufasa. Mufasa, gracias. Mufasa con Simba. Exact bebé. Simba, no? No me acuerdo, el Rey León. Mufasa. Mufasa, gracias. Mufasa con Simba. Exacto. Muy bien. Es como recibe a su hijo. Es como así, no? Es como está este orgullo, ese pride, me entiendes? Del animal recibiendo a su hijo, que es muy importante. Se va a morir. Perdón. Oigo el fuego que crece y crece. Por favor, alguien tome eso en algún momento, que es lo que está pasando. Toma en algún momento lo que está pasando acá. Para que yo me quitaría esto por si acaso. La justicia. Y el segundo momento cuando recibes a Josefina es otra cosa no sé cómo explicarte pero inclusive hay un poco hay mucha felicidad pero es como susto cuando tú recibes a Josefina y lo tengo en foto, eso está en foto cuando tú recibes a Josefina te mueres de amor pero es un amor diferente es un amor inclusive como si te entregaron un alien Josefina y lo tengo en foto, eso está en foto. Con tu recesa, Josefina, te mueres de amor, ¿me entiendes? Pero es un amor diferente, es un amor inclusive como si te entregaron un alien, ¿me entiendes? Es como algo muy nuevo, no fue como lo, fue raro, pero fue lindo, o sea, para mí fue súper emocionante, tú sabes que me gustó observar un montón como esas reacciones tan sutiles de nosotros los seres humanos y pues más de ti sobre nuestra hija, pero fue diferentísimo. Joaquín era tuyo desde que naciste, ¿no? Desde que nació, perdón. Y también desde que naciste y te soñaste tener hijos. Pero quiero decir, pero Jojo fue como... Además, la relación con ella creo que también, tú nunca lo has contado como tanto, pero tu relación con Josefina, Josefina era muy pegada a mí. Lo que generalmente los papás piensan que las niñas son de papá. Josefina hasta un momento muy preciso cuando tiene, ¿cuánto? ¿Tres años? ¿Dos años y medio? Un poquito más, cuando le enseñó a nadar. Cuando le enseñas a nadar, Josefina no es de ti, ¿me entiendes? Y quiero que se entienda así. Me la tuve que ganar a Josefina. Me la tuve que ganar a pulso. Entonces, tu relación casi más pura y genuina con lo femenino, que es muy bonito. Porque ahí no hay charm, no hay Juan Pablo Raba con su historia, no hay nada. Es como tú tuviste que ganar a ese ser femenino. Entonces, eso también hace que tú te cuestiones, que tal vez no lo has hablado desde ahí, pero ella per se llegó con una energía muy particular. Entonces, todo eso se vio, todo eso se vivía. Tú te sentías no querido por ella. Y lo dijiste muchas veces. Tú me decías, esta niña no me quiere, ¿qué es lo que pasa? ¿Te acuerdas? Duro, me da durísimo. O sea, yo pasando como por una crisis de la mediana edad. Claro, tírate que no había hecho como ese link justamente. Es verdad, no habíamos hablado de eso. Medio durísimo. Te da durísimo. Porque yo pensé que, bueno, yo pensé que ella se iba a morir por mí del minuto número uno. Y de hecho yo lo consulté con psicólogos. Yo lo consulté con un par de personas. Con María Antonieta se lo pregunté, se lo pregunté a mi tía, se lo pregunté como a personas porque ya me pareció que a ti te estaba afectando. Dije, es normal que Josefina no sienta o no sea tan pegada a su papá cuando todo el mundo dice que eso debería ser así. Todo el mundo dijo, totalmente normal, es la relación que están construyendo, no todo está escrito así como que así va a pasar. Quiero decir, para todos los seres humanos es igual, para todas las familias es igual y es muy bonito porque ella tiene una relación muy particular contigo yo creo que es tan doloroso realmente ese episodio que no sé si lo había como borrado pero sí es verdad yo además de todo lo que estaba pasando yo no entendía por qué porque este ser humano no se moría de amor por mí y ahora que lo piensas y ahora que lo dices perdón porque este ser humano no se moría de amor por mí. Total. Y ahora que lo piensas y ahora que lo dices, perdón, creo que eso refuerza cosas que sí hemos hablado mucho y que he hablado con la terapeuta, con Mariantonieta, y es que para mí siempre ha sido muy importante que me quieran. Total. Yo siempre he querido que me quieran. Desde pequeño he hecho mucho para que la gente me quiera. Ahora, después de navegar esto, estoy en otra etapa. Y no ni, pero ojo, también hay que aclarar eso. Juanpa, te conozco hace 14 años y no es como que tú llegues a un lugar y es como el intenso o esa persona que tu intensidad es otra, tu intensidad es muy agradable, es una intensidad muy agradable y la gente genuinamente te llega a querer. agradable, es una intensidad muy agradable y la gente genuinamente te llega a querer. Pero sí, sí pasaba que te hacías necesario conscientemente tú, inconscientemente lo que fuera, pero te gustaba hacerte necesario. Para Josefina no era así. Era como si no existe ese ser, me vale tres. Ser le importaba a cinco. Lo cual hizo que Joaquín pudiera estar muy conectado también contigo, porque Joaquín era como, este es mío. Pero sí es muy importante decirlo, si en tu deconstrucción de tu masculinidad, Josefina sí ha jugado un rol fundamental por ese tipo de cosas también, que son importantes y no sabemos de dónde vienen. No, absolutamente. Pueden venir de mi abuela Julieta posiblemente. Abuela, ayer estuve viendo a Julieta. Sí. Fue bonito ver a Julieta ayer, pero también me recordó mucho. ¿Qué te recordó? Pues, a ver, empezamos con Juan Pablo Sillora. Lo que pasa es que entre todos los regalos, entre muchos regalos que uno se da en el matrimonio, uno de los más grandes que tú me has dado a mí es abuelas. Yo nunca tuve abuelas. O sea, yo tuve a una abuela materna con la que compartí muy poco tiempo. Mi abuela paterna muere cuando mi papá era un adolescente. O sea, que claramente a Yolanda nunca la conocí. Entonces, tú me has regalado abuelas, pero no una ni dos, me has regalado varias. Muchas, sí. Exacto. También he aprendido a querer y a tener abuelos, porque yo una ni dos, me ha regalado varias. Muchas, sí. Exacto. También he aprendido a querer y a tener abuelos, porque yo no sabía lo que era. Sí. Julieta te adora. Ayer estuvimos, bueno, para contarles un poquito el contexto de quién es Julieta. Julieta es mi abuela materna, perdón, paterna, pero fue la que las dos, de maneras muy distintas, me maternaron porque yo perdí a mi mamá cuando yo era muy chiquita, yo perdí a mi mamá cuando yo tenía tres años y medio. Tres años y medio, pero cuenta seis meses para atrás, por lo menos que ella está enferma, está muy enferma, entonces realmente como a los tres, entre los dos y medio de lupus. De lupus, que en ese momento además supongo que era muy... No era una enfermedad tan conocida, era una enfermedad que por porcentaje le daba más a cierto grupo de latinoamericanas, a mujeres afroamericanas, pero no era una enfermedad tan conocida, aunque en mi círculo había mucha gente que yo conocía que tuvo lupus y entre más joven fueras, más complicado era y los medicamentos que daban no eran los correctos. Entonces, mi mamá tenía 26 años cuando murió. Claro, porque es autoinmune, o sea, que es como que el cuerpo pareciera mentira, pero mientras más joven y más fuerte es, parece que más duro da. Y a ella le dio como lupus eritematoso, lo estoy pronunciando mal, que era como el más fuerte. Y en Estados Unidos no la superan tratar bien, donde vivíamos. Entonces, estuvimos allá con ella en clínica, bla, bla, bla, todo eso, eso lo tienes desde siempre, ¿no? Eso es como algo que se te despierta en algún momento. Y cuando llegamos a Colombia, pues, mis abuelas, ya no son mis abuelas, son mis mamás. Entonces, yo empiezo a tener una cantidad de maternidades, ¿no? De maternarme, que fue muy especial. Y mis tíos y todo te decía en estos días que conversábamos en el carro, te decía que tuve como un estatus ahí de diplomacia muy interesante en mi casa, como que a través tuyo me pienso siempre y digo ok, porque mi femenino ha sido un poco diferente al de ciertas amigas porque mis conflictos han sido diferentes y tiene que ver con eso, al perder a mi mamá, pierdo algo muy importante y la gente, los adultos pierden a ese ser tan importante porque no es about me, no es como, ah, entonces Mónica, sino es como perdieron a esa persona tan importante, pero también los conmovió terriblemente el ver a una niña tan chiquita sin mamá. Eso conmueve mucho. Claro. Y eso hizo que me dieran un estatus muy importante en la casa. O sea, yo en la casa nunca he tenido, alguna vez me entrevistaban y yo decía, yo no crecí pensando en género, ni en equidad, ni en igualdad, porque no era algo que yo tuviera a lo cual enfrentarme en algún momento. Nunca, nunca, nunca me doy cuenta después cuando salgo digamos a trabajar y cuando voy a mis compañeros de trabajo y cuando ya empiezo a analizar los entornos en los que crecí y todo eso, pero mis abuelas esas que te quieren tanto que se mueren de amor por ti no entiendo por qué es ridículo o sea, sé que te quieran, pero es como es ridículo mi abuela y hay que contarlo acá Julieta, es una desgraciada que básicamente se acuerda de lo que se quiere acordar hoy en día pero eso sí, Juan Pablo Raba, y le sale una sonrisa así gigante, ella con 94 años y se muere de amor por ti, es una bandida ¿qué tal lo bandida ayer? bandida total pero ayer te decía que fue un poquito rudo, porque yo nunca tuve esa figura de abuela. Cuando llego a vivir brevemente a Colombia a los 18 años, me encuentro ya con mi abuela con Alzheimer muy avanzado. Entonces ayer ver a tu abuela un poquito desconectada, me pegó. Un poquito, no, Muy desconectada. Sí, ayer estaba. Y a mí no me había pasado. Yo no la había visto todavía desconectada. Y ayer fue... Fue duro, fue teso. Tal vez por eso estabas un poquito callada. Sí, claro. Claro, porque además no quería como... No quería sumar a la interferencia del ruido que había además. Porque simplemente la estaba observando, mucho. Mucho, y quería simplemente estar. Sí, sí, sí. Pero ella estaba muy curiosa. Fíjate que para mí fue muy importante. A mí me quebró terriblemente la primera vez que no me reconoció. Esto todavía es duro. Pensar en ese momento cuando no me reconoció, que fue hace unos meses, fue hace unos meses estando en Chía, viviendo con mi tía, por primera vez mi abuela no me reconoce, se le fue la paloma, o sea, me miró, estaba conmigo conversando y de repente me miró y yo vi cuando... Sí, pero yo estaba ese día, pero ese día conectó muy rápido igual. Después conectó. Y tú eres muy buena y tú entiendes como que la ves, lo lees, y de una vez como que la ayudaste como a conectar. Sí, sí, sí, claro, y jugué, pero ella es muy hábil, es impresionante y también me gustaría dejártelo acá. También es impresionante como los seres humanos, y no tengo ni idea si tiene que ver con... Puede ser hombres y mujeres, pero quiero decir, no, la habilidad de Julieta desde su femenino, de rescatar igual rápidamente, inclusive al que se está sintiendo afectado, es muy divertido. Sí. Es muy divertido. Ella, no importa, te dice, no importa, no importa. Si no me acuerdo, no importa. Estamos acá. Sí, ya qué. Ya qué, ya qué, Eso no importa, ya pasó. Y es muy bonito porque es también como ella siempre rescatando. Sí. Y mi abuela misma que te adora también. Tú eres una de las personas más abiertamente feministas que conozco desde el empoderamiento femenino, desde lo que significa realmente sentirte muy cómoda en tu piel, en tu humanidad, en tu femenino, pero también es una persona con el masculino muy presente en tu vida. Total. Claramente quedas con tu papá. Claramente quedan estas dos abuelas maravillosas, una de ellas con el masculino también muy presente. Las dos mujeres muy fuertes que en su momento tuvieron que encargarse además de sus casas y de todo. Entonces, eso siempre me ha llamado poderosamente la atención de ti, porque igual tienes un balance en donde no, no, no, aquí está esto que hay que respetar y que hay que cuidar y que es sumamente importante, pero también está eso. También está un papá, un papá del que fuiste prácticamente amiga, ¿cierto? Es tíos, hermanos. Tienes cuatro hermanos, además, todos hombres. Crees, además, como masculino, que sepamos. Es otra historia muy larga, pero no. Porque créanme que vale la pena. Es la historia de Brando. Brando, el papá de Monkey, que adoro y que también ha sido muy importante en esta casa. Que te adora y que se muere por ti también. Eso es una cosa impresionante. Se muere lentamente por ti. Mi papá es muy maternal, hay que decirlo. Mi papá hoy en día es menos progresista que antes, pero yo crecí con un papá hiperprogresista, donde además la mujer tuvo un lugar igualitario, equivalente, todo el tiempo. Yo tuve todo el tiempo hablando, poniéndome ejemplos femeninos muy importantes, siendo Julieta un ejemplo femenino muy importante, siendo Mima un ejemplo femenino muy importante. siendo Mima un ejemplo femenino muy importante. En casa yo vi ejemplos de esto, había para todos, para todos, para todas, lo que quisiéramos, lo que nos ganáramos, lo que todo se traía y todo se celebraba, no se celebraba desde el igualitario, todos podían traer trofeos, no era solamente el hombre o la mujer, siempre se celebró todo, ¿no? ¿Y cómo fue esa paternidad? O sea, por ejemplo, a ver, los hombres sí lloran. ¿Tú recuerdas haber visto a tu papá llorar? Sí, con chilletas. ¿Con chilletas? Sí, sí, sí. Y tengo una muy especial, yo tenía como unos 10 años, cuando matan a Luis Carlos Galán, estábamos en Nueva York, mi papá manejando, oye las noticias, eso es duro, oye las noticias, yo era muy chiquita, y oye que mataron a su ídolo, ¿me entiendes? Él trabajaba además, totalmente convencido por todo este sueño de Luis Carlos Galán, entonces fue, lloramos los dos. O sea, fue como yo era mi papá. Llorar, entender además el amor tan grande que le tenía mi papá. Era unos años menor que Luis Carlos. Era como de sus juventudes, digamos. Y este hombre se quiebra, para el carro y le da durísimo y dice, no podía ni decirme, me acuerdo, pero se le rompió un sueño. Fue ver como a un ser humano se le rompe como una esperanza. Fue muy fuerte. Durísimo. Pero lo he visto chillar muchas veces. Cuando se murió mi abuelo, cuando mi abuelo se accidentó. Pero lo he visto también reírse mucho. ¿Me entiendes? Mi papá es muy risueño en las situaciones complicadas también. Exacto. ¿De dónde viene eso? Exacto, exacto. Entonces, como que sí lo he visto llorar mucho, frescamente, frescamente. Ah, perdón, se me olvidaba la más importante, pero para español. Cuando mi mamá se muere, yo era muy chiquita, entonces llevarme, yo fui igual al cementerio, ¿me entiendes? Recuerdo día lluvioso a lo Wednesday, literal. Me llevan al cementerio, me dejan acercar un poquito, pero había mucha gente, todo el mundo muy conmovido, porque era una chica de 26 años la que se había muerto, había una niña y yo estaba ahí, entonces era como toda esa imagen muy fuerte para mi abuelo, fue durísimo, era su hija número uno, para mi abuela, su hija que además era tan católica como ella, tan creyente como ella y se le fue, entonces a mí me llevan, recuerdo que me voy en el Renault 4 azul de mi tía Titis y me sacan, me sacan de ahí, yo ahí tengo blur total porque digo me hubiera encantado de golpe estar más presente, pero lo digo hoy desde esta adulta que te lo dice, no lo sé. de golpe estar más presente, pero lo digo hoy desde esta adulta que te lo dice, no lo sé. Llegamos a casa y mi papá me sienta y me dice, llorando, me dice, me explica, me dice, mamá no va a volver y como le explicas una muerte como le explicas la muerte a una niña chiquita y lloramos yo creo que una hora juntos fue media hora pero fue necesitamos un patrocinio mejor esto es muy grave el papel higiénico además que se acaba ya. Y fue muy especial porque ese joven que tenía 24 años, cierto, o 25, él era menor que mi mamá un año y medio. Se siente y me explica y no deja que nadie más sea el que me explique, ¿me entiendes? Y llora su que me explique, ¿me entiendes? Y llora su dolor conmigo, ¿me entiendes? Él ya no estaba ahí con mi mamá, ya no estaban juntos, ellos se habían separado un tiempito atrás. Esta historia no te la he contado, pero es interesante también, un día te la cuento. Ellos no estaban viviendo juntos, eran muy chiquitos, ellos se conocieron muy chiquitos y vivieron juntos y carajo eran muy jóvenes, es difícil que una relación de esas crezca en el tiempo, sin embargo se adoraban y todo lo que tú quieras, pero no estaban juntos y bueno nada, fue esa explicación y decirme aquí estoy yo, aquí estoy yo, están tus abuelas, estamos todos los que tenemos que estar y vamos a transitar esto. Pero lo que fue muy bonito es que sea lo que sea, no era un papá desde la jerarquía del papá diciéndole a una pequeña, era al mismo nivel, todo sucedió al mismo nivel, estábamos sentados al mismo nivel, inclusive en el piso tal vez, ¿me entiendes? Y en algún momento soy yo la que lo abrazo, ¿me entiendes? Y en algún momento soy yo la que lo abrazo, ¿me entiendes? Entonces, pues esa ha sido la relación con mi padre, siempre. Las mujeres también lloramos acá. Creo que no hemos hablado de esto nunca. No, no sé, no sé si te lo había contado o no. Pero fue muy bonito, lo tengo como un recuerdo divino, ¿me entiendes? O sea, no estoy llorando acá como de tristeza o pesar, sino lloro como de ese regalo que él me dio, de su vulnerabilidad, o sea, de un papá poder ser esa persona que tiene 25 años y romperse delante de su hijita y sin embargo no dejar de ser fuerte, ¿me entiendes? Y sin embargo no dejó de ser mi héroe, y sin embargo no dejó de ser ese protector, o sea, yo en ningún momento sentí, ah, me quedé sola en el mundo con un señor que llora, sino fue como par, ¿no? Sí, además que digamos que uno podría, si la historia digamos hubiera sido, bueno, mi papá en ese momento pues me deja al cuidado completamente mis abuelas porque el pobre hombre no tenía ni idea qué hacer, ¿me entiendes? Como que uno diría, bueno, pues sí, claramente uno entendería, pero tu papá, todo lo contrario, asume ese rol de presencia, de estar absolutamente presente. Yo siempre decía y crecí, siempre me dijeron monkey, pero monkey no era porque monkey sí, yo era como un monkey pegada siempre a mi papá, o sea, mi papá me llevaba a todas partes, yo era como un miquito. Hoy en día me encuentro con gente de sus 70, 80, 90, 60, la edad que sea, estudiantes de él con los que yo estudié. ¿Cómo era? ¿Él cambiaba pañales en la universidad? En FIU mi papá me llevaba, cuando vivía con mi mamá en Estados Unidos y estaba haciendo su maestría, me llevaba al laboratorio y ahí cambiaba pañales y era el bebé y lo dejaban y todos los profesores de FIU, los que siguen vivos todavía, me recuerdan con gran cariño. Pero mi padre ha sido muy, muy abierto a ser vulnerable, a contarme las cosas. Conmigo conversaba siempre. Y sus dolores y sus alegrías. Algunas cositas que nos ha contado. Bueno, que nos hemos ido enterando. Exacto. Brandon, te adoro. Te adoramos. Entonces creces claramente con esa figura muy importante, después llega a tu vida, además, otro hombre muy importante que es tu hermano. Llega a una figura muy, muy, muy importante. Pero vamos a hacerle honores a la bandera a mis abuelos también. Es súper importante decirles, yo crecí con los abuelos extraordinarios, mi abuelo materno perdió a su mamá igual que yo a los tres años, entonces su relación, el papá de mi madre, su relación conmigo pues era de un respeto por esa humanidad de esa niña, él tuvo solo hijas y aunque fue un hombre muy equivocado de muchas maneras, en sus elecciones hay veces, también fue un gran empresario cuando pudo, cuando quiso, cuando lo logró, y también se equivocó, y todo lo que quieran, fue un tipo muy importante, muy especial conmigo. Este episodio fue traído a ti por State Farm. Sabiendo que puedes estar gastando dinero por las cosas que realmente quieres es un gran sentimiento. 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No hubo una sola. Las comentaba todas conmigo. Todas. Y estaba pendiente de mí, ¿me entiendes? Siempre, siempre a su manera. Y era como, ¿cómo está Mónica? ¿Qué necesita Mónica? ¿Me entiendes? En sus horas más difíciles, siempre estaba muy pendiente de mí. Y a través del pintado, no me mates, pintaba muy regular abuelo pero pintaba y hacía unos cuadros muy bellos en contenido, por ejemplo hizo un cuadro muy duro sobre la muerte de mi mamá entonces como que mi abuelo a través del arte podía también doler, ¿no? dolerse y un tipo que no tuvo mamá entonces tenía podía también doler, ¿no? Dolerse, dolerse. Y un tipo que no tuvo mamá. Entonces tenía unas dolencias muy grandes. Y mi otro abuelo fantástico, el abuelo lector, el abuelo... Mi otro abuelo, Carlos Fonseca Truque, como viste ayer a Julieta, Julieta diciendo Carlos Fonseca Truque. ¿Cómo fue que dijo ayer? Él fue el papá de todos mis hijos. El papá de todos mis hijos. De eso no hay duda. De eso no hay duda. Entre las cosas se acordaba que todos los hijos habían sido de ese papá. Exacto. Carlos Fonseca Truque, muy importante en mi vida. Es que fíjate los hombres importantes que han sido en mi vida. Son muy importantes. Carlos Fonseca Truque, un tipo que se sentaba a la mesa, recto hacia comer, regio, siempre en suit, la cosa más divina, pero que se sentaba horas conmigo cuando nadie más se sentaba a desenredarme el pelo. ¿Tú entiendes eso? O sea, un abuelo que se sentó horas con la moña, con su moña, me decían moña, divina, que me amaba, o sea, se moría por mí, y él era, no era mi abuela, no era la tía, no era el tío, no era mi papá, era él el que me desenredaba el pelo. Ustedes dirán, ¿pero qué tiene eso? Miren, no hay nada más hermoso que un abuelo, que un man peinando a una chica, que un man peinando a su hija, a su nieta. Y el tipo lo hacía con una paciencia infinita. Y él fue el que me enseñó a patinar a los tres años y medio. Yo aprendí a patinar muy chiquitica. Se iba conmigo, se llevaba un libro al parque. ¡Tan dele que dele! Y cuando ya estaba cansada el velo que era divino me alzaba y me llevaba a la casa el velo era muy especial y con velo íbamos a Cayuya a Carulla a hacer las compras. Bueno, o sea, los hombres han sido muy importantes y son muy importantes desde, yo no sé, a mí me tocaron hombres como vulnerables, hombres como criados por mujeres que les permitieron salirse de ese molde como tan estructurado de macho, de fuerte, pues además este abuelo era un personaje porque Julieta era la que llevaba a la casa, mi abuelo pues era ingeniero civil, pero era un gran lector que solo quería vivir entre libros, que le pagaban el sueldo y en vez de pagar el agua, la luz y el teléfono, iba y se compraba libros. Entonces mi abuela era la que tenía que llevar la casa, ¿no? Y el orden, eso eran mis abuelos, por eso no quería dejar pasar, o sea, no podíamos dejar pasar. Y mis tíos también, mis tías muy especiales, mis tías súper maternales, pero mis dos tíos, que son José Luis, que fue a visitarte a la clínica. Sí. No vamos a perseguir. Pero es un símbolo muy importante. O sea, quiero que sepas, ¿me entiendes? Es como él absolutamente conmovido con lo que te había pasado. Fue y te visita. O sea, es un tipo que... Porque tuvo un episodio de corazón también hace poco. Claro, sí, pero igual lo hubiera hecho. O sea, los hombres de mi casa son hombres vulnerables. Yo no podría decir que son hombres... Pues somos todos vulnerables. Tienen machismo. No tienen miedo. Claro, claro. No tienen miedo a comunicarlo. Demostrarse vulnerables. Exacto. Son hombres como que no tienen miedo a comunicar sus vulnerabilidades. Entonces, para responder tu pregunta, o lo que habías planteado, es como en un mundo no cabe lo uno sin lo otro. ¿Me entiendes? Y lo tuve por ejemplo. Entonces, el ejemplo que tuve es esa gente. ¿Alguna otra pregunta? Yo no he preguntado nada, realmente. Sí, sí, sí, preguntas. Ya no sé ni dónde estábamos. Pero dices algo muy interesante, y es que son hombres, que recuerdas con este amor, presentes, y también hombres que han comet con este amor presentes y también hombres que han cometido muchos errores. Sí, como todas nosotras las mujeres también cometemos muchos errores. O sea, no es en masculino ni en femenino, ¿me entiendes? Mi abuelo cometió errores no por ser hombre. Cometió errores porque no tuvo herramientas para discernir a veces entre lo que estaba bien o mal, simplemente porque no las tuvo o lo que sea, pero no era por ser hombre pero así ha sido, es que lo digo es por eso lo digo porque enlazo con esto y es que así ha sido un poco como este transitar contigo y es la exigencia por un lado de que siempre se puede hacer mejor y es duro ser ese compañero porque porque esto es un espejo realmente. Esa persona con la que transitas tu vida es la que permanentemente recuerda de todo lo que puedes mejorar, qué tan mejor puedes ser. Y a veces la rabia y a veces es desesperante. Desesperante. Sí, claro que es. Pero no hay forma de crecer más que a través de ese espejo. Pues es que, ¿sabes qué creo, Juanpi? Que lo que le molesta a uno tanto es lo que uno tiene que revisitar y volver a, y se tiene que construir como un Lego, ¿me entiendes? Es como que la ficha del Lego no quedó bien, entonces alguien, o tu espejo, o tú mismo te das cuenta y ¿qué hay que hacer? Pues hay que deshacer la figura que hiciste, volverla a construir con paciencia y no pasa nada, ¿me entiendes? O sea, no pasa nada. Claro, pero como pareja siempre momentos muy específicos en donde me he podido equivocar, ¿sabes? La respuesta siempre ha sido, inclusive en los momentos más duros, ¿qué hacemos? ¿Cómo resolvemos? ¿Cómo resolvemos? ¿Cómo resolvemos? Hasta los momentos en que yo pensé, o sea, chao, se fue. Siempre... Pienso que en mi vida, con mis parejas anteriores, siempre hubo como una constante y es mi temporalidad con esas personas. hubo como una constante y es mi temporalidad con esas personas. Obviamente era pues no tenía la madurez o la experiencia que tengo ahora o en estos últimos años y vamos a incluir a las dos exparejas inclusive. Pero yo siempre entraba y si algo me molestaba salía muy fácil sin dar mayor explicación porque me parecía que no se merecía ni valía la pena que no había aprendizaje ahí para mí salía muy fácil, sin dar mayor explicación, porque me parecía que no se merecía ni valía la pena, que no había aprendizaje ahí para mí. Y con el pasar de los años entiendo que el verdadero aprendizaje no está en quedarse, pero está en tratar de dejar en el mejor estadio lo que no funcionó. Hay veces es inviable, por supuesto. Claro. Pero siento que ahí está el verdadero trabajo. O sea, lo que he ido encontrando en los años de experiencia en relaciones personales es que ahí hay algo especial. Y hay que ponerle una anotación que para mí sí es clave y es que como los hijos no pidieron venir, como a nosotros no nos llamó un día Joaquín y dijo quiero nacer, sino fue una decisión muy nuestra y la de Josefina, es como además eso le suma algo adicional, ¿me entiendes? Es como creo que no hay nada que no se pueda solucionar, la muerte, cuando te mueres, te mueres, pero el resto todo tiene un camino, el que sea, inclusive el no estar juntos, por ejemplo, pero si el camino es por el bien común y todos podemos realmente ceder para estar y caminar hacia ese bien común, ¿por qué no hacerlo? Paula Turbay. Resulta que Paula una vez en una entrevista escribió algo que para mí fue fundamental. Fundamental. Le hicieron una pregunta como, bueno, pero usted, ¿cómo ha hecho para tantos años estar con su esposo? Y la respuesta ya es tan bonita. Es, yo no me subí en este barco para que el barco se hundiera. Y obviamente estoy parafraseando. El otro día que la tuve que entrevistar, no se lo dije, porque pues no era el lugar ni el momento, pero a mí me pareció divino. Es como, es de verdad un barco en el que uno se embarca para llegar a un buen puerto, sea cual sea el puerto, pero no es como para que el barco se hunda, que es un poco lo que a veces nos permitimos los seres humanos, es como, uy, que se hunda esta vuelta y yo me salgo. Y siento que a través tuyo, por ejemplo, hemos podido construir una familia que ha tenido que poder navegar, y ha tenido que navegar tempestades y días soleados y todo, y ha ido hacia buen puerto y es que siempre digo como porque uno va a desaprovechar esa oportunidad maravillosa cuando ve que hay potencial, cuando ve que se puede lograr, cuando ve que la otra persona igual también quiere y tiene mucho que aprender, uno aprende siempre y yo he aprendido mucho contigo y eres mi espejo también y sé que hay veces de golpecientes que yo soy la que más así hace, tú, tú, tú, tú, tú, pero inclusive cuando algo me incomoda de ti, es cuando más aprendo, porque cuando algo me incomoda de ti, es algo que tengo que observar y decir que es esto que me incomoda tanto que no me deja fluir y que hay que caminar, no? En este aprender de vivir en pareja, todo el mundo piensa que es ya, ya, ya y se soluciona ya o se va para la miércoles o es ya. Y no es ya. La vida es un ratico, pero hay unos tiempos para encontrar. ¿Me entiendes? Hacemos un paréntesis para contar la primera vez que me dijiste eso. Dale, cuentas. Llevamos semanas saliendo. Sí. Y yo te estaba quedando esa noche a dormir en mi casa. Acá además. Y entonces te fuiste de fiesta. Me parecía perfecto. Me fui a una cena y se alargó. Te fuiste de cena, se alargó un poco, ¿cierto? Y de repente me llamas, ¿no? Me llamas de la cena. Entonces me llamas de una rumba, discoteca, ¿no? Volumen alto. Sí. Yo ya me quería dormir porque además sabes que yo soy malo para tranchar. No, tú tenías un comercial el día siguiente. Un comercial, ok. Tengo un comercial. Entonces me llamas. Me llamas y me dices, estoy aquí, no sé qué, con unas amigas. Bueno, buenísimo, yo ya me estoy como durmiendo, me tengo que acostar. Tengo cómo hacemos con la llave, el tema era como cómo hacemos con la entrada, ¿no? No, tú me dijiste, duérmete en tu casa si quieres esta noche, Moni, quédate en tu casa si quieres y vamos a llegar tarde, claro. Y yo te dije, no, no, no, yo te dije que llegaba a tu casa. Ok, Tim, siguiente llamada es está buenísimo, no sé qué, aquí me encontré con mi exnovio. ¡Clin! Silencio radial hasta las tantas de la mañana, sí. Puerta, llegas. Llego dando botes. O sea, lo que nunca en mi vida, nunca, es más, nunca más he vuelto a ver así, no, nunca, nunca más he vuelto a ver así, de pelo, en el inodoro agarrado, en el inodoro, pelo agarrado, tú devolviendo a tus siones, y tú dame una lora impresionante, seguramente, dando lora, y nos metemos en la cama, nos acostamos y yo te sigo ando Lora. ¿Qué es eso? Y tú te volteas y me dices, Juanpi, el tiempo y el espacio son relativos. Y te diste media vuelta y te dormiste. Claro que te estás,... Pero es que no aparecías, pero es que... Porque no llamabas y me dijiste, te hubieras podido quedar en tu casa. Yo pensé que ahí, yo dije ahí ya, se acabó. Fast forward, 14 años y pico después, aquí estamos. Y el tiempo y el espacio son relativos. Son. Qué viaje, ¿no? Qué viaje. Qué viaje. Qué viaje. Sí. Bueno, dentro de... Hay una cosa importante y es... ¿Por qué crees? ¿Crees que es crianza? ¿Crees que es vivencia? ¿Crees que es el papá, las abuelas, las figuras masculinas? Pero es algo que yo siempre he sentido en nosotros. Y es que nunca ha sido uno contra otro. Nunca ha sido lo femenino contra lo masculino. Nunca, creo que rompemos muchos paradigmas en nuestra relación de cómo supuestamente son los hombres como son las mujeres. Yo cuido plantas, yo decono y traigo flores, ¿no? Digo, hago mercado, yo cocino. ¿Tú eres mudo? Digo, hago mercado, yo cocino. Tú eres... Ay, no, el señor hace todo. No, pero tú haces muchas otras cosas. Sí. Tú eres mucho más cabeza fría cuando toca, tú eres mucho más organizacional. Entonces, yo nunca he sentido en esta relación como los típicos chistes, no, es que las esposas, no sé qué. No, es que a la verdad. O sea, eso a nosotros no nos ha pasado. Y eso, por ejemplo, para mí en mi crecimiento, en mi espejo, en mi reflejar, siempre ha sido muy importante porque yo también estaba acostumbrado a, dejemos así. Porque como esto no va a cambiar, porque como las mujeres son así, los hombres somos así. O porque como yo soy así, pues entonces si yo soy así y a mí me criaron así, pues entonces, ¿sabes? Contigo ha sido un transitar completamente diferente y ha sido permanentemente como, ah, ok, es que no estoy tratando con mi enemiga. Es que no estoy tratando con... Y de hecho, dentro de esas conversaciones y dentro de este mismo espacio es cómo rompemos el mito, ¿no? Ese tema, no, es que la lora que dan las esposas, pues es que no están así. Es que vivimos permanentemente como muy encasillados en cómo supuestamente deben ser las mujeres y los hombres y por ende también el matrimonio. Es que eso es así porque así nos lo han dicho. Yo contigo, específicamente, si hay algo que he tenido que hacer permanentemente es enfrentarme a mis propios mitos y es que permanentemente me estoy enfrentando a reacciones que había tenido toda la vida o que había hecho y es poderme realmente parar en la línea y decir no, espera, espera un momento ¿qué es lo que realmente está pasando acá? y sobre todo y todas esas preguntas realmente tienen que ver conQué es lo que realmente está pasando acá? Y sobre todo, y todas esas preguntas no tienen que ver conmigo, lo que tú acabas de decir. ¿Por qué estoy molesto con esto? ¿Por qué me molestan? ¿Me molesta que me digan cómo son las cosas? ¿Por qué me molesta que se metan en mis cosas? ¿Sabes? Sí, sí, sí. Y además, yo tuve que enfrentarme a ese primer gran mito que yo tenía en mi vida, un poquito impuesto por la forma de crianza de mi papá. Y es como, Chino, a darse de palos contra el mundo y usted verá. Pero resulta que uno se va cruzando con un montón de gente que le ayuda en ese camino. Y en esos 14 años, la persona que más ha influido en la persona que soy hoy con todo lo positivo o lo que sea, eres tú. Porque tú eres permanentemente ese espejo que está ahí para recordarme cuando estoy dando un paso en falso. ¿Alguna vez se siente como si fueras un profesional de marketing solo hablando en el boi? Bueno, con LinkedIn Ads, puedes saber que estás alcanzando los decision makers correctos. Puedes incluso targetar a los compradores por título de trabajo, industria, compañía, señoría, habilidades. Espera, ¿ya dije título de trabajo? ¡Gracias! Terms and conditions apply. Un look flawless, perfecto para una base sin fundación. NARS, mejor juntos. Visita Alta para comprar ahora. tan fuerte el tema de que los hombres cuentan siempre, pues soy el resultado de esos maestros y maestras que he tenido, con sus errores, con sus aciertos, que siempre estaban prestos a oír. Listen, verdaderamente. O sea, yo nunca no te he oído a ti. Inclusive cuando puedes pensar que no te oigo, yo siempre te he oído. Y tal vez no estás acostumbrado a eso, a que te oyeran. No estaba acostumbrado a hablar realmente. También. Es que ni siquiera yo no he dado la oportunidad ni siquiera de llegar a eso. También, pero tú has ido cediendo también como hablas, exacto, tú has ido comunicando más, más, más, más. Sí, hemos ido haciendo como este trabajo de oír, comunicar ¿no? sí, sin duda, pues aquí seguimos sí, no es una fórmula mágica tampoco, pero sí creo que lo que pasó también es que te encontraste con una persona con la que habitualmente no te encontrabas simplemente por como me criaron ni mal ni bien, simplemente te encontraste, Inclusive, yo hasta puedo pensar hay veces que yo tengo cosas parecidas a tu mamá. Tenemos, ¿me entiendes? Sí. Somos polos opuestos en muchas cosas, pero tenemos inclusive cosas parecidas. Sí, usted tiene una firmeza de espíritu que es... Exacto....que es la que se parece. Hay una pequeña rebeldía, pequeña o gran rebeldía incluso, contra esos mitos. Sí. Inclusive eso, 14 años de nuestra relación también tienen que ver con eso, con tu relación, cómo ha cambiado con tu mamá. ¿No te parece? Sí, claro, sin duda. Tú has visto también a través mío a una persona, olvídate que soy tu esposa por un momento, olvídate que soy Mónica, pero has visto a una mujer ser mamá de una manera, de una manera que te hace sentir más cómodo posiblemente a ti. Y eso ha servido también como reflejo. O sea, han pasado muchas cosas ahí muy bonitas, ¿me entiendes? Como yo no pensé que yo fuera a ser la mamá que soy tampoco. ¿No? No, nunca, pues. Pero pensabas que no ibas a ser mamá. Exacto, ¿no? Ni yo pensé que fuera a ser este tipo de mamá. Yo soy, y finalmente soy un reflejo de una construcción de un masculino, muy masculino. Acuérdate que la primera persona y más cercana a mí no es una mamá, es un papá. Pero entonces creo que tengo cositas de aquí y de allá que me han servido para construir esa maternidad, que es muy bonito. De golpe necesitamos mucho más de ese masculino también muchas mujeres para entender mejor la relación en casa, para podernos oír mejor. O sea, yo soy una gran, cuando tú dijiste feminista, me acomodo un poco porque yo no sé si soy una feminista. ¿Me entiendes? A mí me gusta el ser humano como tal, ¿me entiendes? Me parece que es alucinante lo que hemos logrado y lo que hemos logrado hacer hasta acá, lo que hemos llegado a hacer. Y como no fui criada con esas diferencias, todo el tiempo repitiéndome que ser mujer era esto, que ser hombre era esto, sino era ser, ser. Siento que eso es lo que yo he traído a la mesa, como que a la mesa de esta relación, inclusive que incomoda a otras mesas. Pero esta mesa se ha podido acomodar a eso. Y siento que tenemos que observar más a nuestros masculinos, a nuestros hombres, varones, por así decirlo, a esos seres, de una manera más humana, más de seres humanos, ¿me entiendes? Incluirles en la conversación, no desde la diferencia también, no es que como eres hombre me vas a traer esto, no, no, como eres ser humano con tu historia que tienes detrás, algo me vas a traer y tu experiencia me va a atravesar de diferentes maneras. Entonces creo que eso fue también lo que ha pasado con nosotros, ¿me entiendes? Pero sí creo que además María Eugenia ha sido fundamental, porque María Eugenia, tu madre, mi suegra, al tener cosillas, hay como chispitas que tenemos parecidas, que es muy bonito, tenemos dos historias muy distintas, pero también me ha enseñado mucho a mí. Su misma rebeldía, si así queremos llamarlo, su contradicción, pero su espíritu increíble también me ha traído algo a mí, como un baño de frescura, ¿me entiendes? Cuando nos conocemos, pues cuando empezamos realmente a estar juntos y nos hemos separado desde entonces pero yo recuerdo que pasamos como la semana fue más o menos que yo te dije que nos íbamos a casar íbamos a tener hijos tú me dijiste estás chiflado chiflado yo me estoy separando en este momento y me dijiste yo nunca voy a tener hijos yo no quiero tener hijos me dijiste sí yo recuerdo que yo te dije lo de la separación pasa te lo digo por experiencia tres meses, te dije tienes tres meses para pasar ese tránsito y lo de los hijos ya veremos efectivamente a los tres meses me acuerdo que un día te dije no hablamos de esto más y así fue y nunca más hablamos de eso y nueve meses después tú me dijiste vamos a tener hijos dije, no hablamos de esto más. Y así fue. Y nunca más hablamos de eso. Y nueve meses después, tú me dijiste, vamos a tener hijos. Vamos a tener un hijo. Vamos a tener un hijo. ¿Qué cambió? Mi sentido de la irresponsabilidad. Porque sabes lo que te voy a responder. Es sumamente irresponsable tener hijos. Y el que quiera puede decir lo que te voy a responder es sumamente irresponsable tener hijos y el que quiera puede decir lo que quiera y me puede detestar por esto pero sabes lo que pienso sobre traer hijos al mundo, sigue siendo una gran irresponsabilidad y un ejercicio de ego muy grande, adoptar es otro cuento, pero pues alguien me dijo cuando salgas con otra persona piensa que esa persona podría ser un gran padre, tengas o no tengas hijos. Y tal vez en ese despertar de, ok, podría tener un hijo con Juan Pablo y Juan Pablo realmente quiere tener un hijo. Yo no había conocido una persona que tanto quisiera tener un hijo. Hay muchos tipos que quieren tener hijos y como sí, hijos, familia, lo que sea. Pero es como tú en serio casi que lo necesitabas, ¿me entiendes? Era como una necesidad para ti para poder seguir trascendiendo, pero no desde el lugar mío de la irresponsabilidad de traer hijos al mundo, es una irresponsabilidad, sino desde tu lugar bonito de esto me va a enseñar. Yo siempre digo que Joaquín es un regalo tuyo, pero Josefina es un regalo mío. Entonces, eso es, ¿no? Esos son nuestros hijos. Y responsabilidades. Perdón, hijos, pero es verdad, ustedes saben lo que pienso. Los amo con mi corazón y son sagrados y es la misión sagrada y como fui responsable al tenerlos, entonces digo, esta es la misión más sagrada que puedo tener en la vida, ¿no? Es y es la misión sagrada y como fui responsable al tenerlos, entonces digo, esta es la misión más sagrada que puedo tener en la vida. Es como, mi misión es esa, es estar ahí y acompañarlos, estar ahí y acompañarlos, no es otro. Después de la obra esta que está de Respira, la obra de teatro, que habla pues, digamos que está enmarcada en esa gran pregunta sobre si tener o no tener hijos, mucha gente me dice, como dí, me envió a la pila ahora y definitivamente yo no quiero tener hijos. Le digo, es la mejor decisión que puedes tomar. Y después me dicen, oiga, vi la obra y ¿sabe qué? Yo definitivamente sí quiero tener hijos. Es la mejor decisión que puedes tomar. Total, total. Y es muy importante decirlo siempre. Cualquiera de los dos universos, con o sin hijos, es un gran viaje. Es un gran viaje. Es totalmente diferente. Y si ya los tienes, que sea un gran viaje de verdad. Porque si los tienes y no es un gran viaje, y no entiendes la misión sagrada que es tener hijos, entonces es la gran irresponsabilidad sin consecuencia. Yo hago irresponsabilidades con consecuencia. Eres consecuente con tus irresponsabilidades. Exacto, soy consecuente con mis irresponsabilidades, sí. ¿Qué es lo que más te gusta de tener hijos? Las conversaciones con ellos. El olor que tienen obviamente cuando son bebés es una cosa absurda, absurda, es como lo más mamífero del mundo es una cosa impresionante es impresionante te encienden motores que no conocías en tu cuerpo en tu cabeza pero luego cuando empiezan a hablar y empiezan a descifrar el mundo por sí mismos es como impresionante tenemos un hombre, una mujer, un Joaquín y una Josefina. ¿Cómo vives? ¿Cómo te planteas esa diferencia? ¿Hay diferencia? Ninguna. No hay ninguna diferencia. Hay diferencia en sus humanidades, pero no en su género. O sea, sus géneros es algo... Nacieron así, punto, y desarrollarán cada una de sus personalidades como lo deseen y como lo entiendan. La forma de verlos, tratarlos... ¿Te parece que hay alguna diferencia? Simplemente quiero dar constancia. Claramente no las hay. No, no, no. No, inclusive si me preguntas eso, para mí Joaquín es mucho más el sensible, el que se podría relacionar con lo femenino, exacto. Y Josefina es la que se relaciona con la guerrera, con la fuerza, con lo que tradicionalmente sería lo masculino. Lo que pasa es que para mí realmente no los pienso ni en lo uno ni en lo otro. Creo que se les ha permitido ser como quieren. ¿Cómo acompañamos a Joaquín? ¿Cómo acompañamos a Joaquín en las circunstancias actuales del mundo? Sí, ¿cómo acompañamos a Joaquín? ¿Cómo acompañamos a ese masculino, por así decirlo? Mira, ¿viste? ¿Cómo acompañamos a Joaquín? ¿Cómo acompañamos a Joaquín? Pues de la manera que lo tenemos que acompañar, con afecto, cariño, explicándole las cosas desde nuestra perspectiva, pero con el respeto de que no tenemos todas las verdades absolutas. Creo que el acompañamiento a Joaquín es un poco como desde el que permitirle que esté informado, el darle espacios también para que se conecte con el mundo real, que es el mundo natural, no el de las noticias, no el de lo que hace uno u otro, sino poderle ofrecer el árbol, la tierra, el pasto y suena un poco hippie con esto, pero creo que es realmente la conexión que le podemos dar, ¿me entiendes? Es lo real, no hay nada más real, todo lo demás nos lo inventamos los seres humanos. Es un invento. Lo único real que tenemos es lo que pisamos, lo que podemos oler, tocar, lo que nos hace animales. Ese es el acompañamiento que le puedo dar. O sea, si me preguntas a mí otro, pues escogerle lugares donde se sienta más cómodo, pero también que en la incomodidad pueda él solito ir resolviendo y si no nosotros echarle una ayudadita, una acompañadita. Pero el mundo actual no es un mundo tan diferente al que me tocó a mí de chiquita, ¿me entiendes? Sí, hay redes sociales, ¿me entiendes? Eso lo hace muy diferente. Lo hace con esa característica. Entonces ahí es donde tú, donde creo que lo volvemos a bajar otra vez y lo conectamos con la realidad, con la realidad, con lo que realmente significa este planeta. Tuvimos, bueno, tuvimos en la casa, tuvimos dos experiencias interesantes. Tres. Tres experiencias interesantes. Josefina también se unió a la experiencia. Exacto, a principio de año. Sí. Pero digamos que como vamos a hablar como de los hombres en este momento en la casa. Tuvimos a Joaquín con una fístula del pulmón en enero y a mí con una embolia aérea e infarto hace dos semanas más o menos. Lo primero que hiciste cuando me viste fue reírte. No entendía nada. Yo estaba invitado a unos premios un poco para que entiendan. Yo salgo a mi casa, le digo no vayas. Como Rinrin Ranacuajo le digo no vayas, no vayas. Y el señor va. Digo bueno, le dije acompáñame si quieres a lo mío. Y tú fuiste a hacerte tu terapia de ozono, que no es algo fuera de lo común a ti. A ti toda esta medicina bioenergética, esta medicina diferente, te ha llamado la atención y tiene bases también importantes científicas. No es como que apareció la nube ya. Pero claramente, pues sí, hombre. Pasó algo, pasó algo con esa maquinita y me llamas. cuando me empiezas a llamar y me empiezas a llamar, yo estaba en mitad atendiendo los premios Mujer Cafam, de hecho, y estaba en el auditorio y me llamas tanto que digo, bueno, tengo que contestarle, pero entonces para mamarte gallo, yo te pongo además como la imagen de lo que estaba pasando y oigo como un grito, entonces volteo y te veo pálido, sudando, diciéndome ven a recogerme. Llorabas. Por momentos volvías y te tranquilizabas y me decías ven a recogerme, ven a recogerme. Me están matando, algo me están haciendo. Y yo, ¿qué te está pasando? Me salgo inmediatamente, no cuelgo la llamada, sino sigo hablando contigo y decidimos llamar a Richie. Así tú me dices, llama a Richie también. No, tú lo conectas una vez. Yo conecto a Richie, que es su mejor amigo y que ya ha pasado por acá. Y nada, íbamos conversando contigo, Richie dice, ya voy a llegar, a mí me sacan rápidamente y llego por ti. Pero cuando hablamos por teléfono tú estabas infartando, o sea, estabas en infarto. Vi a una persona infartarse literal en vivo y en directo, y fuiste tú. Y obviamente estaba muy preocupada de llegar, pero estaba hablando también con el doctor de allá, como preguntándole qué había pasado, él no estaba, estaban solo las enfermeras, y me iban como comentando, yo insistía mucho en que llamaran a una ambulancia, cosa que no hicieron por las razones que sea. Cuando llego allá y ya te veo como que te llegó el... O sea, estás sentado, pero me dices que te habías parado a tratar de vomitar. Ya para mí fue un poco más claro que había habido un infarto, a pesar de no ser médica ni cercana, pero entiendo algo. Entonces fue como... Todo fue sucediendo muy rápido, mientras que iba por ti llamé, me comuniqué con urgencias, como todo eso, pero me dio un poquito de risa cuando te vi. Te dio mucha risa. ¿Cómo así que un poquito? Te dio mucha risa. Porque fue como, le acababa de decir, realmente me dijiste, no vayas, y cuando llego y te encuentro ya sentadito, como un niño chiquito, así como, me entiendo, así como, ¿me entiendes? Fue fuerte, fue fuerte porque fue como, respire profundo, las enfermedades estaban a punto de llorar, porque tampoco entendían muy bien lo que estaba pasando, ni supieron atenderte bien. O sea, uno tiene que también saber atender a la persona cuando está en una situación, no solamente desde lo práctico y lo físico, sino como, este señor está muy asustado, este señor le está doliendo el brazo izquierdo, no está viendo bien, la espacialidad la perdió, siente presión en el pecho, ¿de qué manera te podemos acompañar diferente, me entiendes? Bueno, no lo hicieron. Entonces como que llegué, ya te veo vivo y nada, me dio un poquito de risa, pero no risa mala, sino como... Ahí estás pintado. Ahí estás pintado. Y a mí el tema de las clínicas, como verás, me gusta. Pues hemos necesitado varias. ¿Pensaste en algún momento que recibes la llamada y llegas? ¿Pensaste que me podía haber ido? Me preocupé un momento que te desconectaste. Yo también me he preocupado. Sí, sí, sí. Tengo los recuer estaba preocupado. Sí, sí, sí. Tengo los recuerdos un poco, pero sí recuerdo. Pues cuando llamo al doctor es porque tú no me contestaste. No es normal en ti, además, pero tú reaccionas muy bien. Los dos reaccionamos muy bien. Nos podemos derrumbar después, pero digamos que reaccionamos muy bien en situaciones de crisis, pero tengo un recuerdo de verte y sentirte muy asustada. Claro, claro, no. Hubo un momento cuando... Creo que apenas te montaste en el carro, puede ser. Sí, sí. O entonces te sentí muy angustiada. Porque ahí no me contestaste un momento. Cuando me dejaste de contestar, bueno, no, cuando me llamas me asusto, cuando me monto al carro voy a asustarle, voy diciendo a la señora, por favor, lléveme muy pronto, esto está pasando. Sí, no pensé, o sea, no dije se murió, no, en ningún momento no, no tuve como ese pensamiento, pero me preocupaba mucho lo que te pudiera pasar como consecuencia de eso, porque es que una embolia aérea, o sea, ozono, alcancé a pensar todo eso y dije, wey, pucha, hay que llegar ya, hay que llegar ya y pasarlo donde lo tenemos que pasar, pase lo que pase, ya cuando te veo, viste que yo no me moví rápido ahí, ya me empecé a mover lento, con afán pero lento al mismo tiempo que fue, vamos a sentarte, no había camilla, entonces en una silla de ruedas entonces está listo todo allá ya tenían todo listo y como que ahí ya y te vi bien, cuando ya te vi, te vi bien obvio cuando estaba llegando quería saber en qué condiciones te iba a encontrar, pero cuando te vi por eso me dio risa porque ya te vi bien y una cosa importante, hablando de Joaquín, como yendo un poquito para atrás, hablando de lo que son los mitos, que hablamos mucho, de cómo es una mamá, cómo es su papá, cómo es una mujer, cómo es un hombre. Yo siempre trato de, o he peleado, no he peleado, pero siempre he desmitificado el tema de la mujer, lo histérica. No, es que claro, como es mujer, como es histérica. Sí, pasa mucho. He hecho mucho contigo, así un gran ejercicio. Ojo, dos segundos. Nos enseñaron además. Exactamente. A reaccionar así, o sea, ojo, ojo, porque hay algo de valor, o sea, cuando los hombres, igual, hay que oír muy bien eso, ¿no? Porque no es solamente como, ah, eso es un invento de los hombres. No, momentico. No, no, no, no de los hombres. Muchas de las mujeres, claro, exacto. Yo lo construí social. Muchas de las mujeres reaccionan así porque no se enseñaron, que era lo natural. Absolutamente. Pero quiero decir una cosa, quiero validar algo. Sí. Y es que muchas veces oímos, no, es que es una exageración, no, pero ¿por qué? No, hombre, es una fiebrecita, lo que sea. Sí. A Joaquín lo llevamos a la clínica porque tú dices que hay que ir a la clínica, porque yo le que hay que ir a la clínica, porque yo le he dado completamente diferente. Tú eres la que dice en ese momento. Tú quieres que contemos por qué lo llevamos a la clínica? No, no, bueno, está bien. Y la razón que diste tú. Es importante, puede ser que se salven médicamente. No, mentira. A ver, a lo que voy es que sea lo que sea, yo tengo una visión completamente diferente en ese momento de lo que le estaba pasando a Joaquín y tú dices nos vamos a la clínica ya. O sea, ahí, ahí sí. Yo lo que quiero rescatar es que igual hay un instinto, llámese maternal o lo como lo quieras llamar. Falso de toda falsedad. Vamos un poco. Y este es mi matrimonio en una chan. Es que vamos años atrás. Juan Pablo salva a Joaquín de un. Básicamente estamos en Miami viviendo, esa fue la temporada que vivimos en Miami recién viviendo, y Joaquín estaba respirando mal. Y nadie, nadie, nadie... O sea, yo dije, pongámoslo a dormir. Y fuiste tú el que se dio cuenta que él estaba metiéndose acá. ¿Eso no te acuerdas? Sí, es verdad. Dice, no, nos vamos ya para la clínica. No. Ok, entonces valen los dos puntos. Tú, de hecho, gracias a eso, gracias a ese... Fíjate lo que me enseñaste tú y no sabías, tal vez no lo habíamos repasado nunca, pero gracias a eso yo aprendí que ese instinto maternal, pues no aprendí gracias a eso, mi papá lo estuvo siempre conmigo, o sea, mi papá y yo estamos reconectados por una cantidad de coincidencias que no te imaginas que uno diría, pero eso solo lo siente la mamá. No, mi papá está súper conectado conmigo. Creo que eso lo desarrolla una persona que está conectada con el otro individuo. Sí, puede que la mamá sea más cercana a oír ciertas cosas, porque culturalmente hemos estado programadas para eso, pero tú estás muy conectado. Fíjate que la fístula tú la sabías sin saberla de Joaquín, tú siempre dijiste y yo te decía, ay Juan Pablo, qué exageración el niño llegó cansado del colegio porque uno llega cansado del colegio, y tú me decías no, Moni yo creo que Joaquín algo pasa, no tiene la misma resistencia tú tenías, y no era instinto de golpe, era simplemente que lo observaba no, era observación, era pura observación. Exacto. Tú tienes unos sentidos muy desarrollados que yo no tengo por la serie de cosas que tú haces en la vida. ¿Ves? Y yo tengo otros. Yo oigo mejor que tú. ¿Qué tengo yo? Olfato mejor que tú, oído mejor que tú y otros tantos que no sabemos cuáles son pero que tengo mejor desarrollados y tú tienes definitivamente otros que te das cuenta. Entonces, ese instinto materno también es el paterno. O sea, mi papá crió a una cachorra, ¿me entiendes?, a una niña, y le cambió los pañales y le dio de comer y la sacó adelante, como una madre haría, ¿ves? Y es un padre, con ayuda, por supuesto, de las abuelas y lo que sea, pero mi padre es ese instinto materno también. Entonces, no, ahí podemos quitarle un poco el género. OK, me gusta. Bueno, en este transitar, en este acompañarme, en ser compañeros de vida, de familia, pero desde que, digamos, identifiqué, yo identificamos juntos, porque tú me ayudaste mucho a identificar como esta crisis de la mediana edad, este baby blues, este tipo de depresión postparto. Y tú me has podido ver desde el otro lado, porque uno desde adentro ve cosas, siente cosas. Pero tú, ¿cómo ha sido ese acompañarme? ¿Cómo ha sido ese transitar conmigo o acompañar a esa persona que identifica claramente que está pasando por un episodio de salud mental? Ha sido despojarme de mi propio ego en muchas circunstancias. Es como también quitármelo y entender que somos dos. Es muy importante. Cuando uno decide acompañar a alguien que está pasando por una situación de salud complicada, llámese física, mental, emocional, uno mismo, una misma, tiene que pasar también por un desaprender de uno mismo. Es como que yo no me puedo aproximar a ti siendo la misma que era ayer, también tengo que quitarme cosas, ¿me entiendes? Tengo que poder desvestirme un poquito y decir, ok, aquí puede haber como mucho juzgamiento mío sobre esto o puede no haber y podemos aprender los dos. Pero así como para alguna persona puede ser, este bobo quejándose por bobadas, para mí no fue eso. Pero para eso se necesita también poder uno quitarse cosas de encima ¿ves? para mí también hubiera podido decir, ay Juan Pablo que flojera de verdad nosotros en medio de mil cosas que tenemos que solucionar los niños, la cosa, tenemos todo, ¿por qué no? y no fue eso, fue como me quité de esa posición cómoda me desacomodé y dije ok, vamos a, ¿por qué? pues porque toca, porque es lo que corresponde, o sea es a lo ¿Por qué? Pues porque toca, porque es lo que corresponde. O sea, es a lo que vinimos. Para mí, a lo que vinimos a esta tierra es aprender en la experiencia propia, en la experiencia ajena. Es como, es que qué bonito por lo hacer. Y pues vamos a ayudarle porque esta persona nos está sintiendo bien. O sea, como que si una persona se cae en la calle, tú vas y la recoges, ¿cierto? Es como lo primero que te desacomodas y vas y la recoges. Pero sabes que es algo momentáneo. Pero si en tu casa esa es la persona que se está cayendo desde otro punto de vista, desde otra perspectiva, desde otra experiencia, pues tienes que desacomodarte e ir a asistir. Porque si no asistes, entonces esa persona no va a poder curarse, ¿ves? Y si tú te curas y si tú aprendes, yo aprendo. También es lo otro, ¿no? Es como somos este network. No va a funcionar como que yo no aprenda, pero sí hay un montón de ego hacia el lado, ¿no? Y de, por ejemplo, cuando tú me jalas orejas y algunas veces me dijiste como, háblame suave, háblame suave. Si ustedes vieran como yo le hablo a este señor, yo le hablo súper suave, súper exagerado. Pero cuando me dice, háblame suave, háblame suave. Si ustedes vieran como yo le hablo a este señor, yo le hablo súper suave, súper exagerado. Pero cuando me dice háblame suave, es como, ok, toca más suave todavía. Y entonces sí, y de golpe también, y de golpe también uno empieza a crear barreras para sostener y ser fuerte, ¿me entiendes? Y toca ser más suave. Y es difícil, y tú me lo recuerdas. O sea, sientes que en ese momento a ti te tocó como asumir esa posición de, ok, aquí me toca a mí ser más fuerte en este momento. No, no, no, todo lo contrario. No era ser fuerte y llevar la casa, no. Vamos a ser más blandos todos, vamos a ser suave. O sea, habíamos trabajado, gracias a Dios, y hemos trabajado siempre porque tengamos un soporte que nos permita movernos también y aprender y desaprender. O sea, nuestra industria es muy difícil, pero también nos ha permitido movernos y articular y mover las fichas y lo uno y lo otro. Pero no, no fue ponerme rígida y dura, fue todo lo contrario. Fue empezar a flor de piel, a sentirte. O sea, fue sentirte desde otro lugar, oírte desde otro lugar. ¿Me entiendes? O sea, fue sentirte desde otro lugar, oírte desde otro lugar, ¿me entiendes? Como te digo, como que todos cambiamos, ¿no? Pero, ¿en qué he cambiado yo? En esta experiencia. Uy, tú eres 180, o sea, es impresionante. La esencia sigue siendo ese Juanpi, el niño, ¿me entiendes? Ese niño que me puedo imaginar que no conocí, pero el otro día que vimos en video que te mandó Jackson, es ese niño, es ese niño curioso, ese niño con ojitos de curiosidad, sigue siendo esa persona, pero has cambiado mucho, pero has cambiado mucho, pero has aprendido mucho, pero te has educado un montón en el camino, te has educado con todo lo que has recibido de todo el mundo, de tus compañeros, de tus colegas, desde un punto de vista diferente, tú también has dejado el ego a un lado, tú no eras una persona que uno pudiera decir, es que este es un egocéntrico, nada que ver, siempre has sido muy dador, pero dar hay veces también, se da desde el ego hay veces, de la satisfacción, como acá, todo el mundo me quiere, me necesita y tú no estás ya ahí tú ya te puedes desenganchar rápidamente, por ejemplo tú te enganchabas mucho con los equipos que trabajabas como la familia, como esto es ahora entras y sales tranquilo, dejas lo que tienes que dejar tomas lo que tienes que tomar estás construyendo amistades mucho más profundas con la gente y tus ojos hacia la mujer son distintísimos hoy en día. Distintísimos. Acuérdate que tuvimos, además, hemos tenido conversaciones larguísimas. Y eso no quiere decir que haya cambiado la estética, lo que te gusta, lo que sea, y de golpe sí. Pero es mucho más profundo. Es tu relacionamiento con la mujer. Tu relacionamiento con la mujer era epidérmico y lo sabes. Yo lo voy descubriendo en el camino. Yo no lo sabía porque mi relacionamiento no es epidérmico. Yo me relaciono profundamente con pocas personas. Pero es mucho más profundo siempre. Y cuando empiezo a encontrar, a pesar de que tú te relacionaste conmigo a mayor profundidad, de todas formas, si echamos para atrás y repasamos tu historia, era muy epidérmico. Y has querido mucho y has amado mucho, eso no te quita eso, cuidado, yo no estoy diciendo que no has amado gente, amado mujeres, pero hasta un momento, hasta cierto límite, hasta cierta imperfección que ya hasta ahí llegó, ¿me entiendes? No, cuando yo me sentía incómodo, yo me iba. Exacto. O sea, buscaba la forma o de que me fueran. Sí, sí, sí, sí. O buscaba la forma de irme. Cuando ya no se ha acomodado. Sí, cuando no me gustaba sentirme incómodo, no me gustaba sentirme ni observado, ni juzgado, ¿sabes? Me gustaba pararme de pronto siempre como en una orilla de que las cosas son así. Sí, sí. Y pues he aprendido y uno aprende con el compromiso y con la pareja y con la familia, aprende a desacomodarse permanentemente. Total. Es un ejercicio permanente de improvisación. Eres muy distinto y eso lo tienes que saber. Eres muy distinto y eres mejor. O sea, es muy importante también que lo sepas. Y sí se puede y se puede caminar hacia eso, y se puede profundizar, y se puede sentir uno satisfecho de haberlo hecho también, ¿me entiendes? Uf, yo si algo me siento, es más ligero. Muy. Uf, mucho más ligero. Y lloro de alegría, de agradecimiento, pero ha cambiado mucho. Como ese peso específico se acarga, gracias y finalmente has cumplido algo que decía tu papá tu papá que con todas sus atoradas y todo lo que quieras también te hizo regalos es muy importante esto, de mi parte quiero dejarte esto, es muy importante entender que la gente muy atorada también le puede dejar a uno regalos muy valiosos, tu padre a ti te dejó regalos impresionantes a pesar de que en el camino has ido descubriendo como el mismo patriarcado lo afectó tanto a él ojo, siempre acordémonos que esto no es una figura que afecta solo a las mujeres sino a los hombres, terriblemente los atraviesa los golpea, los mansilla terriblemente, pero tu papá por ejemplo te dejó algo muy lindo que hoy en día puedes practicar. No te tomes tan en serio. Sí. Es divino. Siempre me decía eso. Es divino, no hay que tomar eso tan en serio. Lo que te hace esa persona de golpe no te lo hace a ti, se lo está haciendo a esa persona. Así me decía. Entonces, sí, sí. Juan Pino, no te tomes tan en serio. No te tomes tan en serio. Nadie sale vivo de esta, me decía. Nadie sale vivo de esta. Sí. Gracias, Monqui tomes tan en serio. No te tomes tan en serio. Nadie sale vivo de esta, me decía. Nadie sale vivo de esta. Sí. Gracias, Monqui. De nada, Juanpi. Muy bien, Juanpi. Te voy a dar un abrazo de más de seis segundos. Hola, soy Juan Pablo Rada y junto a mi amigo y productor, Dani Posada, te damos la bienvenida a Los Hombres Si Lloran. Este es un espacio seguro dedicado a explorar un tema crucial y a menudo pasado por alto, la salud mental, mientras rompemos con los estigmas y estereotipos que la rodean. Amigos extraordinarios y expertos llegarán para compartirnos sus historias y herramientas que nos ayudarán a profundizar en las complejidades de la salud mental y en todo lo que la atraviesa. Este nuestro espacio, tu espacio es seguro y se llama Los Hombres Si Lloran, donde la vulnerabilidad se convierte en nuestra mayor fortaleza.